I. Características de los nuevos movimientos sociales Describiremos aquí las características sobresalientes de los llamados nuevos movimientos sociales a partir de algunas de algunas de sus particularidades más visibles, sin que por esto se sostenga que son características que comparten todos ellos ni que aparezcan siempre de manera absoluta.
n El
conflicto: No son movimientos
anclados en el mundo del trabajo o el Estado
exclusivamente, pero que se fortalecen en ese universo en la década del
'90. No es que el Estado este
absolutamente ausente en relación a la conflictividad social, pero en la medida en que estos
movimientos se agrupan en torno a demandas
tan variadas como trabajo, libertad sexual, la
identidad, la ecología, el consumo, etc., y que incluso generan comunidades que van más allá de las fronteras del estado
nación, crean una "sociedad civil internacionalizada” (Ortiz, 1992) la problemática que plantean no puede reducirse a la oposición sociedad
civil/estado. Escribe Reguillo
(Reguillo, 1994,
p. 101) que "la
pregunta no se agota entonces en la relación de los movimientos con el Estado; la diversidad y el tipo de
demandas, las actuaciones intermitentes de los grupos, las redes Intergrupales y especialmente, los múltiples centres
de control sobre los diferentes recursos materiales y simbólicos, donde el Estado no es más el garante absoluto,
que obligan a preguntarse por la forma en que estos movimientos se comunican con los diversos
poderes y la manera en que estos refuncionalizan las demandas de los grupos”.
Pero
tal vez sea posible marcar una diferencia en tomo a la relación con el Estado
de los nuevos movimientos sociales en
América Latina y Europa: si en Europa surgen
básicamente en torno a los conflictos ligados
al género, a la noción de identidad/diferencia, a la ecología, no
siendo el Estado el adversario fundamental, en
América Latina estos nuevos movimientos sociales no pueden ser
entendidos sin la referencia fuerte
al Estado. Esta dimensión en muy clara en los llamados Movimientos de Derechos Humanos que se configuran
para resistir a los Estados represivos de las
dictaduras militares, pero también, por ejemplo, en los movimientos de
los Favelados, en el Movimiento de los Sin Tierra, o en el Movimiento
Piquetero.
Pueden verse en América Latina cuatro ejes de conflicto o de acción colectiva (Garretón, 2001) que a su vez implican actores diferenciables entre sí: primero, el; eje de la democratización política, que implica movimientos y actores que definen su acción social hacia el cambio de régimen político; segundo, el eje de la democratización social, en tomo a la redefinición de la ciudadanía, la superación de la pobreza y la exclusión social; tercero, el eje de la reconstrucción de la economía nacional, en tomo al cual se realizan acciones colectivas defensivas frente a la perdida de conquistas sociales previas a la desarticulación del modelo de desarrollo del Estado Nacional "hacia dentro”; y por último, el eje de la modernidad, en tomo del cual se desarrollan acciones colectivas de afirmación e impugnación de los diferentes modelos de modernidad y las identidades "posibles”.
n Las estrategias: En varios de estos nuevos movimientos sociales el poder es redefinido a partir de su no exterioridad con respecto a los sujetos, no como algo del cual hay que apoderarse sino como una dimensión que hace al tejido social. Para el Zapatismo, por ejemplo, la lucha en contra la dominación no implica cambiar un poder por otro, no implica "la toma” del poder, idea que sintetizan a través de la difundida afirmación de "para nosotros nada, para todos todo”.
Estos movimientos no se plantean la estrategia totalizadora que subvierta o invierta el orden social sino más bien microdisidencias en las que caben distintas respuestas, actitudes frentes al poder. Se parte de asumir que la voluntad colectiva no "se juega en un solo tablero”, lo que implica la ausencia de un único adversario.
n La política y la cultura: Estos movimientos si bien no niegan la política partidaria no se remiten a ella como única vía para hacer política. Marcan su autonomía con respecto a los partidos y dan prioridad a la sociedad civil por sobre el Estado.
Los nuevos movimientos sociales prestan especial atención a las estrategias de visibilización a través de la dramatización, de la puesta en escena del conflicto. Asumen que en la pelea por sus reclames la cultura como expresión simbólica juega un papel importante para sostener una demanda cuando las vías políticas se clausuran. "Las prácticas culturales son, más que acciones, actuaciones. Representan, simulan las acciones sociales, pero solo a voces operan como una acción” (Canclini, 1989, 327) Las expresiones culturales del conflicto más que tener un carácter performativo, más que lograr transformaciones verificables e inmediatas, se construyen desde la apelación a la visibilidad como modo de resistencia.
Buscando la visibilidad negada por siglos es que los integrantes del Movimiento Zapatista muestran el pasamontañas como símbolo de la colectividad, afirmando que todos somos Marcos, tapándose para hacerse ver. El pasamontañas no es solo eso, representa a los miles de desposeídos que necesitan hacer oír su voz luego de siglos de silencio. El Zapatismo apelara a un invalorable arsenal simbólico que le permite su legitimación en el mundo entero.
Tampoco la consigna Aparición con vida, elevada por las Madres de Plaza de Mayo y los Movimientos de Familiares de Desaparecidos en Argentina, era solo un slogan discursivo sino que se transformaron en un reclamo y en una política de justicia. Las Madres de Plaza de Mayo sabían que sus hijos estaban muertos, pero también sabían que, para todo el pueblo argentino, pedir la aparición con Vida era lo más justo que podían hacer. Si no estaban con vida significaba que habla responsables y si era así, la justicia debía actuar. La consigna Aparición con Vida condensa el sentido del movimiento por los DDHH y opera en dos dimensiones: como memoria de la sociedad, construyendo y recuperando su identidad; como proyecto hacia el futuro, planteando las alternativas de una sociedad posible.
n La comunicación: La lucha por la definición de los conflictos, por los símbolos, por la legitimación de los actores y las demandas encuentra en los medios masivos de comunicación una arena de disputa ciertamente valorada por estos movimientos.Desde la impronta de la visibilidad, la comunicación juega un papel central en la gran mayoría de ellos, tanto desde una dimensión mediática como por fuera de esta. Así, no soto existe una preocupación por estar, ser en los medios masivos, sino que también diseñan estrategias comunicacionales por fuera de estos medios. Un ejemplo paradigmático lo constituye nuevamente el Movimiento Zapatista, que usando medios de "baja intensidad" (cartas, comunicados, pliegos, petitorios) pero también tecnología de punta ha demostrado tener clara conciencia en torno a las dimensiones comunicacionales del conflicto. El Zapatismo pudo utilizar a su favor no solo Internet sino que también supo crear redes asociativas que amplificando su voz llegaron a crear mensajes propios. A través de la creación de nuevos símbolos pero también apelando a simbologías residuales de matrices culturales locales, y siguiendo una política de "mandar obedeciendo”, asumió una comunicación dialógica y por lo tanto ética con la sociedad civil.En cuanto a los medios masivos, como agentes que disputan a las instituciones tradicionales la hegemonía en la construcción de sentidos sociales de la vida,| los nuevos movimientos sociales han tenido especial interés en participar en ellos y en sus lógicas de visibilidad/invisibilidad. La visibilidad se ha convertido no solo en uno de los debates fundamentales para los movimientos sociales contemporáneos, como eje de la posibilidad de promulgar la identidad, las demandas, el conflicto. "La visibilización de ciertos temas, actores, territorios, problemas, que puede ser entendida como la presencia de estos elementos en los medios masivos de comunicación, se constituye en la disputa que quizás mejor caracteriza al mundo contemporáneo y que, por ejemplo, le valió al EZLN un reconocimiento de críticos, detractores y simpatizantes a su capacidad para hacerse visibles en el debate internacional desde un movimiento localizado, que: no local.” (Reguillo, 2000)
n Espacio público/privado; La emergencia de los nuevos movimientos sociales se hace desde la crítica a la configuración del espacio público/privado tal cual lo había "ordenado” la modernidad, planteando conflictos diversos en torno a la identidad, la diferencia, el poder, la cultura, la subjetividad.A partir de la inscripción de la subjetividad, de las nuevas identidades antes relegadas al espacio privado en el espacio público, las líneas, divisorias entre el dominio público y privado son redefinidas. Si la modernidad, como lo señalan por ejemplo, las teorías feministas, había diseñado la participación en el espacio político a partir de una fuerte marca racional, masculina y blanca, donde quedaban relegados de participar en el los no hombres, los no blancos y lo no racional, este diseño se rompe con la emergencia de los nuevos movimientos sociales. Ninguna consigna invoca de mejor manera esta ruptura que la expresada por el feminismo al afirmar que la sexualidad es política.
No hay comentarios:
Publicar un comentario